La mejor manera de lijar madera: Consejos, Trucos y Técnicas para un Lijado Perfecto

INTRODUCCIÓN AL LIJADO:

Aunque parezca un aspecto baladí que no requiere grandes dosis de conocimiento o habilidad, para conseguir un buen lijado de la madera hace falta paciencia, aplicar las técnicas correctas y saber elegir el tipo de lija y el grano adecuado. Tengamos siempre en cuenta que un mala técnica de lijado puede arruinar el acabado de la pieza que tenemos entre manos, ya que cuando barnicemos o apliquemos cera cualquier imperfección que antes no se percibía, saltará a la vista.

Ya desde la antigüedad se usaban técnicas de lijado para conseguir alisar las superficies con el propósito de hacerlas más suaves, eliminar imperfecciones... En esos primeros momentos se usaba arena directamente sobre la superficie a tratar y con el tiempo la técnica se perfeccionó adhiriendo esos granos abrasivos a una superficie de papel o tela con diferentes adhesivos, facilitando enormemente el trabajo. También con el tiempo esos materiales abrasivos se han ido perfeccionando, de tal forma que en la actualidad existen diferentes tipos en base al trabajo a realizar.

En este artículo nos vamos a centrar en el lijado aplicado a la madera, pero casi todos los datos que se aportan nos van a servir para lijar otros materiales como el metal o las masillas y yesos, pues vamos a toparnos con estos materiales a la hora de restaurar o renovar un mueble o cuando estamos realizando alguna técnica decorativa o de recubrimiento de superficies. Por ejemplo, cuando aplicamos estuco o gesso a una superficie de madera para dar pan de oro, es esencial que esta superficie quede sin rastro alguno de imperfección. Este paso que conseguiremos mediante el lijado y pulido, es fundamental para que el posterior abrillantado del oro con las piedras de ágata sea perfecto.

Básicamente podemos distinguir dos maneras de lijar: a mano o con la ayuda de lijadoras eléctricas. A continuación hablaremos de cuándo es recomendable usar cada una de las técnicas.

TÉCNICA DE LIJADO A MANO:

¿Cuándo deberíamos lijar a mano?

Comencemos hablando del lijado a mano, muy necesario cuando estamos trabajando en zonas de difícil acceso, en molduras o en formas curvas, pero que además se hace especialmente relevante cuando estamos trabajando en la renovación o transformación de un mueble ya que queremos que no queden marcas o antiestéticas señales que muchas veces se producen al trabajar con lijadoras eléctricas. Por supuesto, si se trata de una superficie plana, como el sobre de una mesa o de una cómoda, podemos ayudarnos en un primer momento de una lijadora orbital pero siempre es recomendable, para un acabado de alta calidad, rematar el trabajo a mano, ya que en muchos casos podemos encontrarnos con que la lijadora ha dejado señales en forma de remolino o marcas transversales a la veta, debidas al movimiento orbital de la lijadora.

Lijar a mano puede marcar la diferencia entre un acabado mediocre y uno de alta calidad, ya que cuando demos tinte y barnicemos, saltarán a la luz todas las imperfecciones que no se hayan eliminado en el momento del lijado y pulido.

¿Cuál sería el proceso correcto para lijar a mano? (El proceso con una máquina es similar).

No es complicado, pero sí que requiere paciencia para no saltarnos los pasos o secuencias de lijas a usar. Lo primero que debemos tener en cuenta es que siempre lijaremos con un movimiento de ida y vuelta en el sentido de la veta, esto quiere decir siguiendo el dibujo que marca la veta de la madera, paralelamente a él. En caso contrario, transversal a la veta, arañaríamos la superficie.

Entre las pasadas de lijado, las superficies deben limpiarse con un paño antiestático o un paño limpio humedecido con alcoholes minerales. Esto eliminará el polvo del lijado y mantendrá limpios los poros de la madera para que la acción de lijado posterior sea eficaz.

Empezaremos usando lijas de grano grueso ya que con ellas eliminaremos gran cantidad de materia (por qué no debemos lijar cuando vamos a restaurar un mueble) y por tanto cualquier marca o imperfección. Poco a poco iremos subiendo de numeración (explicación granos) para ir eliminando las marcas que el grano de la anterior lija ha dejado.

💡Un ejemplo de secuencia de lijas a usar sería: .50-80-120-180-220-300

Una vez apliquemos el barniz ponemos lijar entre capa y capa usando por ejemplo el grano 180-220-300.

La última capa de barniz puede requerir algún retoque y para ello podemos usar lijas a partir de 400.

Cuando queremos matizar un barniz con demasiado brillo podemos usar lijas de grano 800 a 2000. Un buen truco para matizar un barniz demasiado brillante también puede ser usar lana de acero fina (000) para después aplicar una capa de cera.

Trucos para lijar a mano

Cuando hablamos de lijar a mano, puede que solo nos basten nuestros dedos para sujetar la lija, pero es cierto que la fricción pronto calentará el material y nos dañará las yemas de los dedos. Por eso podemos hacer uso de elementos auxiliares, nunca mejor dicho, que allanarán nuestro trabajo:

  • Los tacos a los que fijaremos una lija del grano que necesitemos, son uno de los ejemplos más conocidos. Las esponjas son otro elemento que nos facilitará mucho el trabajo, sobretodo cuando estemos dando repasos finales. Recuerda que un taco puede ser un pedazo sobrante de madera que tengamos en el taller
  • Pero a veces tenemos que buscar soluciones para lijar molduras, o zonas profundas a las que no podemos acceder con nuestros dedos. En estos casos, lo mejor es crear nuestras propias herramientas, por ejemplo:
    • Tomaremos una moldura con la forma contraria de la forma de la moldura que queremos lijar y a continuación le fijaremos con cola de contacto una lija con el grano adecuado (a veces simplemente ajustaremos la lija y la sujetaremos con los dedos). Así podremos lijar cómodamente la moldura. Este truco lo podemos usar para muchos casos: simplemente imaginemos la forma que necesitamos para acceder a esa zona de difícil lijado, fabriquémosla y ya podemos adherirle la lija.

  • Lijar a mano nos permite realizar numerosas modificaciones en una pieza, como por ejemplo suavizar un borde de 90º hasta convertirlo en un bisel, dar forma a un añadido de masilla para reconstruir alguna pieza perdida.
  • Antes de encolar dos piezas de madera es aconsejable conseguir una superficie áspera ya que el agarre de la cola será mejor que si la superficie está lisa. Pasando una lija gruesa por las caras a unir antes de aplicar la cola conseguiremos una mejor unión.

  • El lijado de pequeñas piezas puede hacerse muy complicado, así que para facilitarlo podemos tomar una pieza de chapa marina o DM, a la que le pegaremos una lija del grano que necesitemos (podemos hacer varias con diferentes granos). Fijaremos la pieza a la mesa con un sargento y de esta forma pasaremos la pieza por la lija y no al revés.
  • Sujetar las piezas de madera antes de lijar es generalmente una buena opción que facilita nuestro trabajo pues no estaremos pendientes de que la pieza se mueva y tendremos nuestras dos manos disponibles para guiar el lijado. Como ejemplo aquí os dejo tres maneras de lijar el canto de un tablero a mano:
    • Colocar la pieza en un banco de carpintero y con un taco lijar esta estrecha zona ayudándonos de los dedos, que harán de nivel rodando por los lados de la tabla, para que el canto no se nos deforme con un lijado inclinado.
    • Si no disponemos de tornillo de banco, podemos fijar nuestro tablero a una mesa con unos sargentos y dejar que el canto sobresalga un poco y así podremos pasar una lija con un taco.
    • También podremos fijar la pieza que queremos lijar a la mesa de la misma forma que el ejemplo anterior, pero esta vez retranquearemos el tablero, dejando espacio para apoyar el taco y que la propia mesa nos guíe a la hora de lijar.

TÉCNICA DE LIJADO A MÁQUINA

¿Cuándo podemos usar una lijadora eléctrica?

Básicamente cuando tengamos una gran superficie que lijar sin muchos detalles, en la que no haya que preservar la pátina de la antigüedad (ver artículo) podemos usar una lijadora. Cuando hablamos de trabajos de carpintería las lijadoras son herramientas básicas que nos facilitarán muchísimo el lijado.

Hay lijadoras para diferentes usos y es importante conocerlas y saber usarlas. De la misma forma que es importante saber qué lija y grano debemos usar para cada trabajo ( ver tipos de lija).

Tampoco podemos olvidarnos de que estamos trabajando con una herramienta eléctrica que puede ser muy potente y que tendrá acoplado un material abrasivo, así que deberemos extremar la precaución para no tener accidentes. De la misma forma también es muy importante ponernos mascarilla, ya que de este tipo de lijado se desprende mucho polvo de madera y este es muy perjudicial para nuestro sistema respiratoria.

Tipos de lijadoras eléctricas

Lijadoras de banda manuales 

Es una herramienta muy práctica a la hora de eliminar gran cantidad de material, pero hay que usarla con cuidado y pericia, ya que trabaja de manera agresiva y puede provocar escalones entre las pasadas o quemar la madera. Para estas lijadoras deberemos usar lijas de banda que conseguiremos en diferentes granos, pero generalmente se usan para desbastar, con lo cual serán de 50-80-120. Las lijadoras de banda son ideales para limpiar puertas (que no tengan muchos detalles o tallas) con muchas capas de pintura.

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Un truco a la hora de usar una lijadora de banda es no apretar contra la superficie de trabajo, simplemente dejaremos que la lijadora repose sobre la madera y la dirigiremos dejando que sea la potencia de la propia lijadora unida a la lija, la que realice el trabajo. Al mismo tiempo iremos dirigiéndola de manera que hagamos la pasada ligeramente sobrepuesta a la anterior.

Otra función interesante que podemos darle a una lijadora de banda es la de reconvertirla en lijadora de banco. Para ello podemos fijarla a una mesa con un hueco a medida de la lijadora, con sargentos o con algo pesado sobre ella como un saco de arena (es importante que quede bien fijada de forma segura), ponerla en funcionamiento y de esta forma ya podremos pasar la pieza que queramos lijar por la superficie de la lija. Cuando las piezas son pequeñas es importante sujetarlas con algún elemento que proteja nuestras manos.

Es fundamental tener en cuenta las normas de seguridad de esta herramienta, que si bien es muy útil, también puede ocasionarnos daños importantes en la piel por abrasión. Otra de las precauciones a tomar a la hora de usar esta lijadora será recogernos el cabello en caso de tenerlo largo y quitarnos cualquier elemento (collares, pañuelos, pulseras) susceptible de poder quedar atrapado en los rodillos. Y por supuesto como en todos los casos que se genere partículas que puedan ser respiradas, debemos protegernos con mascarillas apropiadas o tener un sistema de aspiración conectado a la herramienta o a una mesa de lijado. (Cómo construir una mesa de lijado)

Lijadoras orbitales

También llamada vibradora, la lijadora orbital es la más recomendable para el uso sobre pequeñas y medianas superficies y para trabajos de semiacabado. Su funcionamiento se debe a que trabaja por vibración girando sobre sí misma y oscilando. Su trabajo es direccional. Es bastante versátil pues podremos eliminar capas de barnices no muy gruesas, así como dejarlas preparadas para recibir el acabado, siguiendo las recomendaciones anteriormente mencionadas de la progresión del grano de las lijas (ver técnica de lijado a mano). Generalmente usaremos una secuencia de lijas entre 80 y 120.

Las lijadoras orbitales cuentan con un cabezal rectangular en el que se fija una pieza de papel de lija mediante pinzas, que podrá ser de papel o tela.

Las podemos encontrar en su forma habitual, rectangular, pero también con forma triangular, lo que nos permite llegar a las esquinas.

Su uso tiene como inconveniente que puede dejar típicas marcas en la madera (bucles) que deberemos eliminar a mano si queremos que el calado final de la pieza no se vea afectado.

Un truco para evitar que queden marcas al lijar con la lijadora orbital, y a la vez una recomendación para aumentar la vida útil tanto de la lija como de la herramienta, será no aplicar excesiva presión a la lijadora contra la superficie a lijar. La lijadora trabajará mejor si dejamos que caiga sobre la pieza y la desplazamos adelante y atrás sobre la superficie ya que así permitiremos que se evacuen las partículas de madera generadas y no se atore la lija por sobrecalentamiento, lo que puede producir marcas sobre la superficie de la madera y un desgaste prematuro de la lija, además de estar forzando la herramienta.

Nos daremos cuenta de que estamos apretando demasiado la lijadora orbital, cuando al dejar de lijar nos quede una sensación de hormigueo en las manos.

Otro truco para usar correctamente una lijadora orbital que tenga selector de velocidad será usar una velocidad más lenta con las lijas de grano grueso e ir aumentando la velocidad a medida que usemos un grano más fino.

Multilijadora

Sin duda son herramientas muy versátiles, pues nos permiten cubrir gran variedad de usos y llegar a los diversos rincones que nos pueden surgir cuando realizamos un trabajo de transformación de muebles. Se les suele conocer con Delta por su forma triangular o Mouse, porque llegan a cualquier rincón.

Son de fácil uso, y es la que junto a la lijadora orbital, suele ser más habitual en talleres de aficionados al bricolaje y a la transformación de muebles.

Es habitual que incorporen piezas accesorias con diferentes formas que nos permiten llegar a recovecos, esquinas o zonas curvas como molduras. En definitiva es una buena herramienta si lo que necesitamos trabajar no requiere desbastar mucho material y para acabados finos.

La lijadora Delta es ideal para lijar los ángulos interiores de las puertas y las ventanas.

Lijadoras excéntricas 

La lijadora excéntrica o rotorbital es un dispositivo potente y muy versátil. Oscila y gira pero tiene el centro del eje ligeramente desplazado. No lija de forma direccional y este lijado circular, permite que trabajemos superficies de gran tamaño sin dejar marcas. Dependiendo del tipo de lija que usemos, podemos eliminar gran cantidad de madera, por lo que nos servirá para eliminar pinturas antiguas con una lija de grano grueso, o para realizar acabados finales usando una lija de grano fino.

El papel de lija se fija en el cabezal de este dispositivo de manera autoadherente.

La lijadora rotorbital evita las típicas marcas en forma de bucle de las lijadoras orbitales y es por ello que se suele usar para pulir y abrillantar superficies. Como decía, muy versátil y sin duda otra buena adquisición para un taller.

Además, dado su sistema de funcionamiento, se adapta muy bien a superficies cóncavas, permitiéndonos conseguir unos buenos acabados en estas superficies

Lijadoras de banco

Como su nombre indica, esta útil lijadora está fijada a una bancada de trabajo de hierro. Esto significa que no la moveremos nosotros, sino que permanece estática mientras gira la lija. Esto se convierte en una gran ventaja cuando tenemos que trabajar piezas a las que tenemos que darles forma, ya que disponemos de las dos manos para sujetar la pieza y manejarla mientras presionamos ligeramente contra la superficie de la lija.

El funcionamiento es similar al de la lijadora de banda manual. Es potente y muy práctica cuando tenemos que limpiar o reconstruir piezas pequeñas. Además las podemos encontrar de sobre mesa, con lo cual no es difícil encontrarles un hueco en nuestro taller, aunque este sea un taller casero.

Otras herramientas eléctricas que podemos usar para lijar

Y si lo que necesitamos es llegar a recovecos muy intrincados, como tallas o surcos, una muy buena opción serán las multiherramientas tipo Dremel, ya que podemos acoplarles accesorios de lijado de pequeño tamaño con los que podremos acceder a todos estos lugares. Un buen repaso a mano después y conseguiremos un perfecto acabado.

Si el trabajo que vamos a realizar es de mayor tamaño, podremos acoplar un accesorio de lijado a un taladro de mano y conseguir eliminar pinturas muy adheridas. Aquí hay que tener cuidado, ya que este tipo de lijado deja la superficie de la madera con muchas marcas, por lo que solo es recomendable en trabajos de desbastado y cuando no existan más opciones disponibles.

Lijas

Ahora que ya conocemos las técnicas de lijado, es muy importante saber qué lija usar en cada momento.

¿Cuáles son los Tipos de Lija?

Básicamente una lija es un soporte de papel o tela sobre el que se adhieren granos de material abrasivo que será el que haga el trabajo sobre la superficie de la madera ( también sobre metal, plástico, yeso…). Pero para cada trabajo o acabado que queramos conseguir necesitaremos un tipo de lija diferente, por eso las encontraremos de diferentes características y para entendernos mejor, las diferenciaremos por su grano, el material del que están fabricadas o el formato en el que las encontraremos a la venta.

¿Qué es el Grano de una lija?

Cada papel de lija tiene una clasificación de grano específica. Esta clasificación describe el tamaño de los materiales abrasivos que se fijan al soporte del papel. Por regla general, cuanto más alto sea el número de grano de una lija, más fino será su material abrasivo. Por el contrario, las lijas de grano inferior tienen un material abrasivo mucho más grande. 

Las lijas de grano inferior son más adecuadas para eliminar material a gran velocidad y renovar rápidamente las superficies profundamente picadas. Por el contrario, las lijas de grano superior son ideales cuando se trata de proporcionar a las superficies de trabajo un acabado liso y vibrante, libre de las antiestéticas marcas de remolino. 

  • Grano grueso (40-80). La usamos para eliminar barnices y pinturas de la superficie de la madera. También cuando encontramos marcas muy profundas. No olvidemos que seguidamente deberemos usar lijas de numeración superior para eliminar el basto acabado que dejarán estas lijas.
  • Grano medio (80-180). La usamos para lijar madera y alisar superficies. No olvidemos que hay que ir subiendo de numeración para conseguir un perfecto alisado de la superficie de la madera.
  • Grano fino (180-300). Las usamos para lijar entre capa y capa de acabado. No olvidemos que este paso es fundamental para conseguir que el barnizado sea perfecto.
  • Grano extra-fino (300-2000). Las usamos cuando estamos corrigiendo imperfecciones del acabado. También cuando queremos matizar el brillo de un barniz (a partir del grano 1000).
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Otro concepto interesante a la hora de elegir una lija es si el grano es abierto o cerrado. Las lijas de grano abierto tienen menos grano por unidad de superficie y son aconsejables para maderas blandas y con alto contenido de resina, para masillas, para yesos… Las lijas de grano cerrado cumplen con su propósito más rápido, ya que tienen más grano por cm2 y consigue acabados más finos. Son las más usadas.

¿De qué Material está fabricada una lija?

Pero no se trata solo de saber distinguir la numeración del grano de una lija, también estas difieren en cuanto a la composición del grano y el soporte, lo que las hace más adecuadas para según qué trabajos.

Por un lado estaría el material del que está fabricado el grano y las lijas difieren mucho en los tipos de material abrasivo que presentan. Y por otro lado estaría el material con el que está fabricado el soporte, es decir la superficie a la que se fija el material abrasivo, y que determinará la durabilidad y flexibilidad de la lija.

Los tipos más populares de papel de lija incluyen cerámica, óxido de aluminio, granate, sílex, zirconio y carburo de silicio. Cada uno de estos tipos de papel de lija tiene sus propios usos específicos, y son más adecuados para tareas concretas. 

El Grano de una lija puede ser de:

Óxido de aluminio. Sintético, de color bronce o gris. Grano redondo sin aristas marcadas y de buena durabilidad. Se utiliza en metal, madera y enlucido de paredes.

Carburo de Silicio. Sintético, de color gris carbón. Impermeable al agua, por lo que es una excelente opción para trabajos de pulido en húmedo. Grano delgado con aristas marcadas y poca durabilidad. Se utiliza principalmente para vidrios, piedra natural como el mármol, plásticos, pulido de barnices…

Sílex. Abrasivo natural color amarillo o verde. Se usa habitualmente para el trabajo sobre la madera. Poca durabilidad pero bastante económico.

Granate. Abrasivo natural, color rojo o dorado. Suele ser la opción más elegida para pequeños trabajos sobre madera, cubriendo una numeración amplia de granos.

Óxido de Zirconia. Sintético Grado uniforme y de gran duración. Para usos exigentes omo el acero inoxidable.

Cerámica. Sintético. Color rojo. Muy duradero pero precio elevado respecto a otras lijas. Usos en superficies extremadamente duras.

El Soporte de una lija puede ser de:

Papel. Económico. Resistencia media, ya que se suele partir y romper a medida que lo usamos, pero a cambio es bastante flexible por lo que funciona muy bien para realizar el lijado a mano de zonas de difícil acceso.

Papel de lija al agua. Al ser resistente al agua, la podemos usar en húmedo, de tal forma que podemos conseguir acabados muy finos sobre el metal. Se puede usar en seco para acabados sobre el barniz o pintura, de hecho son las que encontraremos con numeraciones más altas (1000-1500-2000…) lo que nos permitirá afinar un barniz perfectamente.

Esponjas. Aunque las numeraciones de su grano son limitadas, su principal ventaja es que son muy cómodas y se adaptan muy bien a la forma de la superficie que estamos lijando.

Algodón o Poliester. Su precio es más elevado, pero a cambio nos ofrecen una mayor resistencia y flexibilidad. Además son más versátiles, ya que podemos usarlas tanto para lijar a mano como para adaptarlas a lijadoras eléctricas. También la encontramos en las lijas de banda.

Fibra vulcanizada. Gran resistencia. Uso intensivo a altas revoluciones, generalmente sobre metales. La encontramos en los discos de lija.

¿En qué Formato podemos encontrar las lijas?

Existen diferentes formatos de papel de lija, cada uno pensado en la forma o uso que vaya a recibir. Los hay más amigables para aquellos que van a lijar a mano, y también para los diferentes tipos de lijadoras

  • Hojas. Las podemos encontrar en papel o tela y se usan principalmente para lijar a mano, adaptada a tacos o directamente con los dedos. También podemos encontrar hojas recortadas al tamaño de las lijadoras orbitales, con o sin velcro, dependiendo del modelo de lijadora.
  • Tacos o esponjas. Son la herramienta perfecta para trabajar a mano. Las esponjas debido a su flexibilidad nos serán de gran ayuda para repasar superficies irregulares. Los tacos son simples piezas de corcho a las que adaptaremos una lija o piezas de goma o plástico con variados sistemas de sujeción a los que fijaremos el trozo de lija que cortaremos a medida.
  • Rollo. Son muy útiles cuando vamos a necesitar gran cantidad de lija, pues será más económico que comprar hojas sueltas. Podemos usarlas tanto para trabajar a mano (con taco o sin él) como con lijadoras eléctricas que tengan pinzas (recortamos la lija a medida y la sujetamos con estas pinzas) o para lijadoras cuyo sistema de sujeción sea de velcro ya que también podemos comprar rollos con este material.
  • Discos. Uso específico para lijadoras excéntricas. Se fijan a la placa de la lijadora con velcro.
  • Bandas. Específicas para lijadoras de banda. Uso fundamental en carpintería, ya que eliminan gran cantidad de material de una pasada, lo que favorece el rápido lijado de grandes superficies.

EL LIJADO EN LOS TRABAJOS DE RESTAURACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE MUEBLES.

Cuando hablamos de lijado debemos distinguir entre los trabajos de restauración y los de renovación o transformación de muebles.

En los trabajos de restauración de muebles, debemos evitar lijar directamente o afectar de cualquier manera la superficie de la madera, ya que nuestra principal finalidad será preservar la valiosa pátina de la madera (la antigüedad propia que ha ido adquiriendo con el paso de los años) repleta de datos que nos hablan de cuán antiguo es ese mueble o de las herramientas que se usaron para construirlo. Para ello entonces usaremos otras técnicas de limpieza de la superficie, mucho más respetuosas, como puede ser el decapado con productos apropiados a cada material (Artículo).

  • Pero donde sí nos será muy útil el lijado cuando estemos restaurando un mueble, será a la hora de rebajar las masillas de relleno o las que hemos usado para reconstruir alguna parte de la madera, ya que con la lija daremos la forma pertinente.
  • También podemos usar lijas de grano muy fino (numeración alta), en restauración de muebles, cuando estemos aplicando manos de goma-laca, ya que entre capa y capa es necesario asentar ese barniz para que penetre en el poro de la madera y para eliminar imperfecciones o motas de polvo adheridas a la superficie.

Cuando hablamos de renovación de un mueble en el que no se van a tener en cuenta factores como el de preservación del aspecto original de la pieza, bien sea por su escaso valor histórico, por ser una pieza que ya no tiene funcionalidad al perderse parte del mueble (queremos reutilizar las patas de una mesa cuyo sobre no es recuperable), o porque es una pieza relativamente moderna a la que deseamos cambiarle el aspecto, el lijado es parte fundamental del trabajo y nos ayudará a eliminar capas de barnices o pinturas que no deseamos preservar, a suavizar superficies para conseguir un perfecto acabado, o a desgastar zonas concretas cuando queremos conseguir efectos decorativos.

Sea cual sea el caso en el que vamos a usar la lija, lo importante es cómo la usemos para conseguir el efecto deseado. Así que, recordemos las reglas del perfecto lijado:

  • Lijar siempre en el sentido de la veta. Antes de lijar la veta, pasa los dedos por el borde. Deberías notar que una dirección se siente más suave que la otra dirección. Lijar en la dirección suave dará mejores resultados. (Esto es muy importante cuando tenemos que cepillar la madera).
  • Trabajar con cuidado y meticulosidad, pendiente de seguir un mismo ritmo y evitando movimientos erráticos que puedan dejar señales transversales a la veta.
  • Cada madera, dependiendo de su dureza, se comportará de una manera diferente, por lo que no nos llevará el mismo trabajo lijar un trozo de cedro (madera blanda) que un trozo de nogal o caoba.
  • Seguir la norma de la progresión de los granos de lijado. No debemos saltarnos muchas numeraciones al cambiar de una lija gruesa a otra más fina. Si estamos lijando con 80, debemos seguir con 100 o 120, por ejemplo.
  • Cuando estemos dando barniz, debemos lijar entre capa y capa con las lijas apropiadas para acabados (las de numeración más alta). Esto nos proporcionará unos acabados profesionales de gran calidad. Siempre deberemos limpiar el polvo generado antes de aplicar la siguiente mano de barniz. Además podemos pulir la última capa con una lija para agua, húmeda y después limpiar y abrillantar la superficie con una esponja pulidora que podemos acoplar a algunas lijadoras (el ratón multiusos suele traer este accesorio).
  • Siempre que lijes una superficie a máquina, termínala a mano. Es fundamental para evitar las antiestéticas marcas que suelen dejar las lijadoras orbitales. Para lijar estas superficies planas, podemos ayudarnos de un taco que podemos comprar, pero que también puedes fabricar fácilmente con elementos sobrantes de tu taller. Para superficies planas bastará con un un trozo rectangular de madera al que podemos lijarle levemente los cantos para que no nos dañe las manos al cogerlo, o por ejemplo un trozo de moldura ( el de una barandilla sería estupendo para poderlo coger cómodamente) al que le pegaremos con cola de contacto un trozo de lija a medida del grano que deseemos.

Aquí te dejo un pequeño cuadro recordatorio de los granos de lija y sus usos que te será de gran ayuda:

Granos de lija

Tipo de lija

Trabajos que podemos realizar

de 40 a 60

muy gruesa

Desbaste y eliminación de pinturas y barnices

de 80 a 120

gruesa

Suavizado de la superficie y eliminación de marcas del lijado muy grueso

de 150 a 180

media

Suavizado de la superficie y eliminación de marcas del lijado grueso

de 220 a 240

fina

Acabado y lijado entre capas de barniz

de 280 a 320

muy fina

Acabado muy fino, eliminación de manchas y arañazos superficiales en barnices. Lijado entre capas en el barnizado a la goma-laca

de 360 a 600

súper fina

Acabado súper fino de barnices, incluido goma-laca.

de 800 a 2000

extra fina

Acabado extra fino de superficies.

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